Eficacia y precisión en ambas áreas, coqueteo a principios de año, y a mitad del año pasado para emigrar a Villarreal de España y River Plate argentino. Se quedó y recuperó el nivel, de aquel Alcoba del Peñarol campeón con “Marito” Saralegui.
Las malas rachas, y mala suerte, siempre estuvieron presentes en la vida de Alcoba: el dopaje positivo, que salió apenas cuándo se había incorporado al aurinegro, y no había firmado. Luego la vida le dio revancha, él gran zaguero volvió a Peñarol, y conquistó un título. Estuvo citado para la selección uruguaya, en varios amistosos. Hoy, Gerardo Alcoba es uno de los puntos altos de este plantel, y a su vez de los que se gana los aplausos al finalizar cada juego. Siendo muy importante y decisivo en los momentos claves, cómo ante Cerro y ante Fénix. El pasado sábado ante el equipo de Julio Ribas donde a él le hicieron la falta, que del tiro libre terminaría finalmente en gol, en la hora, al igual que ante Cerro que nos dio el empate. Personalidad y confianza, son sus fuertes; en la final ante River marcó un gol en contra, tomó el balón, lo besó y lo pateó. Minutos después anotó el empate, que nos encaminaría al titulo.
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